
Escenario de guerra, la primera novela de Andrea Jeftanovic, nos entrega una historia construida a partir de los recuerdos fragmentados que recoge la memoria, imágenes, impresiones, sensaciones que se visitan bajo el imperativo de una ansiosa búsqueda de lo simbólico. Para ello, recurre a un lenguaje preciso, articulado en función de la frase breve. Jeftanovic convence al escribir […] Claramente su escritura no ha optado por lo fácil y Escenarios de guerra está lejos de ser un relato simplón sobre las penurias de lo femenino. Más bien, la escritora indaga en las estructuras de la identidad y con el soporte de una postura literaria, arma su puesta en escena. No cabe duda que un esfuerzo similar en manos de un autor sin talento sería inútil […]
(Javier Edwards, El Mercurio)
Jeftanovic sabe juntar palabras, lo cual no es tan fácil como parece, sobre todo en esta época en que se escribe tan mal. Sus metáforas son audaces, su sentido del lenguaje produce momentos extraordinarios, su conocimiento espontáneo o adquirido del ritmo narrativo se traduce en intuiciones literarias felices y a todo ello debe sumarse una genuina fluidez verbal. En suma, estamos ante una escritora que posee una sólida prosa y un estilo hábilmente manejado.
(Camilo Marks, Revista Qué Pasa)
Hay que ceder llanamente a la urgencia de lo sobresaliente: Escenario de guerra es una novela breve que en su caos semiordenado y en la taquigrafía ansiosa de sus oraciones cortas expulsa esquirlas emocionales de alta intensidad. Pero la Jeftanovic es el tipo de escritora que no sólo está en pleno control del efecto sus palabras, sino que también exuda inteligencia Intima y de imaginería oníric, […] Escenario de guerra bien puede ser una visceral metáfora de los caminos de la Historia cuando se propone desenredar los nudos de un pasado traumático.
(Perú)
La joven narradora Andrea Jeftanovic, que actualmente cursa un Doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Berkeley, California, obtuvo el premio a la mejor novela con “Escenario de guerra”, de Editorial Alfaguara. Esta obra, a juicio del jurado, se destaca por una escritura que fusiona profundidad y claridad y que abre al lector una dimensión de la vida cotidiana que lo vincula con la sensibilidad, estableciendo una relación de misterio y cercanía. (Acta jurado, consejo nacional del libro y la lectura premia las mejores obras literarias editadas el año 2000)
En definitiva, el trabajo de Andrea Jeftanovic, lejos de todo proselitismo político, retoma -una vez más- el tema inconcluso de nuestra memoria. La posible existencia de dos naciones que, dentro de un mismo territorio, se dividen entre el recuerdo y el olvido. Entre la presencia y la ausencia de un viaje que nos llevará de vuelta al pasado, de regreso al punto de partida donde se comenzó. En la lógica de la novela, todo funciona de esta forma; todo está construido en base a dualismos de personajes que -al igual que el hermano de Tamara- se encuentran en la búsqueda de un papel que les acomode en aquel escenario desolado de su propia guerra.
Hay que ceder llanamente a la urgencia de lo sobresaliente: Escenario de guerra es una novela breve que en su caos semiordenado y en la taquigrafía ansiosa de sus oraciones cortas expulsa esquirlas emocionales de alta intensidad. Pero la Jeftanovic es el tipo de escritora que no sólo está en pleno control del efecto sus palabras, sino que también exuda inteligencia Intima y de imaginería oníric, […] Escenario de guerra bien puede ser una visceral metáfora de los caminos de la Historia cuando se propone desenredar los nudos de un pasado traumático.
(Perú)
La joven narradora Andrea Jeftanovic, que actualmente cursa un Doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Berkeley, California, obtuvo el premio a la mejor novela con “Escenario de guerra”, de Editorial Alfaguara. Esta obra, a juicio del jurado, se destaca por una escritura que fusiona profundidad y claridad y que abre al lector una dimensión de la vida cotidiana que lo vincula con la sensibilidad, estableciendo una relación de misterio y cercanía. (Acta jurado, consejo nacional del libro y la lectura premia las mejores obras literarias editadas el año 2000)
En definitiva, el trabajo de Andrea Jeftanovic, lejos de todo proselitismo político, retoma -una vez más- el tema inconcluso de nuestra memoria. La posible existencia de dos naciones que, dentro de un mismo territorio, se dividen entre el recuerdo y el olvido. Entre la presencia y la ausencia de un viaje que nos llevará de vuelta al pasado, de regreso al punto de partida donde se comenzó. En la lógica de la novela, todo funciona de esta forma; todo está construido en base a dualismos de personajes que -al igual que el hermano de Tamara- se encuentran en la búsqueda de un papel que les acomode en aquel escenario desolado de su propia guerra.
(Antonio Sandoval, critica.cl)
Geografía de la Lengua. Uqbar Editores. Santiago, 2008.
La proposición de esta novela de Andrea Jeftanovic es arriesgada y por eso mismo valiosa e incitante y hasta provocadora. […]
Sensual hasta el abismo, construye varios planos de acción, uno sobre otro yendo de la boda a la fosa, del beso al beso. De la pasión a la piedad, del clímax al clímax.
Sensual hasta el abismo, construye varios planos de acción, uno sobre otro yendo de la boda a la fosa, del beso al beso. De la pasión a la piedad, del clímax al clímax.
El viaje norte sur, oriente occidente, el viaje a través de las culturas, el viaje a través del tiempo de los grandes atentados, del hiperterrorismo del siglo XXI, castigando a los viajeros impulsados por la energía más antigua y poderosa, la pasión.
(Presentación Marco Antonio De la Parra)
Geografía de la lengua evoca a la vez la geografía de un idioma, de un atisbo de comunicación, y la geografía de un cuerpo, de un órgano, de un deseo. Los amantes de la novela se aman en lenguas extranjeras, que los delatan, que los vuelven vulnerables […] el espacio como realidad fluctuante y constantemente transgredida por el poder de las imágenes y la tecnología, es el espejo de las transformaciones de la intimidad en tiempos de terror. […] es una novela que propone lugares de encuentro y la posibilidad de fortalezas mínimas, efímeras. Que habla del cuerpo y la sexualidad como espejo y como punto de ataque de la realidad.
Geografía de la lengua evoca a la vez la geografía de un idioma, de un atisbo de comunicación, y la geografía de un cuerpo, de un órgano, de un deseo. Los amantes de la novela se aman en lenguas extranjeras, que los delatan, que los vuelven vulnerables […] el espacio como realidad fluctuante y constantemente transgredida por el poder de las imágenes y la tecnología, es el espejo de las transformaciones de la intimidad en tiempos de terror. […] es una novela que propone lugares de encuentro y la posibilidad de fortalezas mínimas, efímeras. Que habla del cuerpo y la sexualidad como espejo y como punto de ataque de la realidad.
(María José Navia, Taller de Letras)
Conversaciones con Isidora Aguirre. Frontera Sur. Santiago, 2009.

Isidora genera cierta adicción, enamora (y eso lo dicen cuantos han trabajado con ella) por su sentido del humor, su mente abierta, sus anécdotas, su visión de la vida, su cariño, su espontaneidad. Pero todos estos atributos personales se hacen más relevantes cuando se anudan en una artista excepcional y, para ser precisos, en la dramaturga más notable de Chile y seguramente de Latinoamérica, a la altura de Sabina Berman en México, Giselda Gambaro en Argentina, Josefina Plá en Paraguay. Imposible resultaría, a esta altura del siglo XXI, hacer un recuento de la dramaturgia latinoamericana sin que figure su nombre.
Éste es un libro que trasciende una vida singular, pues si bien se propone recorrer el vasto itinerario de Isidora como dramaturga, escritora y mujer de la cultura, es también una invitación a recorrer las transformaciones, desarrollo y profesionalización del teatro nacional y del lugar que ha ocupado la mujer en él. Y, al mismo tiempo, quiere ser un bosquejo de ciertos procesos históricos y culturales que van desde mediados del siglo pasado a hoy. Porque Isidora, atenta y sensible a su entorno, traza en este relato vivencial y en la práctica de las tablas las problemáticas del continente, de nuestra sociedad y del género humano. No es menor provocar, en el contexto del bicentenario, un diálogo con una mujer creadora, vanguardista, cuya obra y experiencias de vida ayudan a comprender los cambios, continuidades y tensiones del teatro y de la sociedad chilena y latinoamericana.
No recuerdo la fecha exacta. Sólo sé que un día fui a su casa con una grabadora, lamentando todo lo que no había registrado técnicamente en las reuniones anteriores, y le propuse hacer un libro; sí, un libro que registrara su experiencia vital y artística. A partir de ese momento, la tecla Play funcionó por más de dos años.